YA ESTAMOS AQUÍ…Y NO ESTAMOS SOLOS!!!

Sí, lo admitimos. Somos del género simprisero. Y con la web no iba a ser una excepción.

Hemos tardado seis meses en tener operativa la web, y lo hacemos a medio gas, pero al menos aquí estamos.

Muchxs ya nos conocéis, incluso antes de Surya. Otrxs habéis ido pasando por nuestra tiendita y centro de yoga y meditación y hemos podido conversar y compartir y otrxs (o eso deseamos) pasaréis en algún momento.

Tras estos primeros meses, llenos de enormes cambios en lo vital y personal, podemos mirar con cierta perspectiva y valorar lo que está siendo, la huella que va dejando en nosotrxs estar en contacto con esta gran Comunidad de viajeros, de ciclistas , yoguis y yoguinis.

En este tiempo ha habido espacio para la sorpresa. Sorprendidxs por la respuesta hacia nuestra propuesta. Días en los que había tanta gente con sus bicis, sus bolsas de Bikepacking o alforjas que apenas podíamos movernos por la tienda. Sorprendidxs por vuestra amabilidad, admiración (que es mutua y compartida), generosidad, paciencia y entusiasmo. ¿Hay algo más bonito que ver comenzar el viaje a alguien que lleva sobre su bicicleta tanta ilusión y energía? ¿Hay algo más especial que alguien quiera contarte cómo ha sido su experiencia, su viaje, sus dificultades y sus alegrías durante el mismo?.

También ha habido mucho espacio para el corazón. Sentir muy de cerca esa condición humana que nos acerca a todxs un poquito más. Son varias ya las historias que nos han humedecido los ojos mientras la persona que teníamos delante se abría a nosotrxs.

Destacamos historias como las de Ángel. Un hombre grandote, recio, del norte. Desde la niñez no había vuelto a subirse a una bicicleta. Pero unos meses atrás, su hija de 18 años sufrió un ictus muy infrecuente en esa edad, que la llevó un tiempo a la UCI, en una recuperación lenta y llena de incertidumbres. Ángel hizo una promesa: si su hija se recuperaba, realizaría en bicicleta el Camino del Cid. Y su hija se recuperó, así que fiel a sí mismo, con el reto que suponía dicha promesa, pidió a un familiar una bicicleta vieja, almacenada en un garaje desde hacía años y con una sola mochila a sus espaldas, se subió a ella y comenzó a pedalear kilómetro a kilómetro. Nos contaba que las primeras semanas fueron literalmente una tortura: heridas en sus posaderas, roces por todas partes, dolores insufribles de espalda, calambres…un festival de molestias, que nos contaba entre risas y aliviado de que esos días ya hubieran pasado. Empezó apenas pedaleando 20 kms al día y cuando pasó por Surya (ya habían pasado muchas jornadas desde su comienzo) rondaba los 80-90 kms al día. Iba ligero, dormía en cama todos los días y gustaba de comer bien allá por donde pasaba. Cuando entró al taller fue directo: «voy sin frenos, ¿puedes arreglarlo?. ¿Cuánto tiempo te va a costar hacerlo? Espero fuera tomándome una jarra fría de cerveza».

Solo fue a su vuelta a recoger la bici cuando nos contó su historia. Nos habló de su hija, de lo que para él había supuesto su recuperación, lo que estaba significando su viaje, que era más que una acumulación de kilómetros subido a una vieja bicicleta. Mientras lo hacía, aquél Gran Hombre, con apariencia de poder con todo, comenzaba a hablar entrecortado, luchando por no llorar delante de dos perfectos desconocidos, pero al mismo tiempo, los tres sentimos que nos sosteníamos, que estaba bien, que podía hacerlo porque a veces, sin saber muy bien por qué, encuentras ese sostén, esa escucha desde el corazón y te sientes reconfortado.

Irra solucionó sus problemas mecánicos, le dio algún que otro consejo y nos abrazamos al despedirnos de él, sintiendo que detrás de cada viaje hay una persona con su historia, sus dificultades, sus anhelos y que en realidad no somos tan diferentes cuando somos capaces de hablarnos desde ese espacio.

Pocas semanas después llegó Marc, desde Bélgica. Estaba haciendo un viaje en bicicleta desde Gerona hasta Granada. Él y su mujer habían viajado en el pasado por España en varias ocasiones.

Ambos eran muy deportistas y les encantaba disfrutar de esos viajes en bicicleta, hasta que ella enfermó y falleció. En el momento que pasó por Surya, él mismo estaba transitando por la enfermedad y quería volver a subirse en una bicicleta , antes de que la enfermedad no le dejara. Hablamos de yoga, de meditación, que también habían practicado juntos.

Este viaje era en honor a ella y en su recuerdo por lo años que juntos pedalearon por estas tierras que tanta felicidad les habían aportado. No había pena ni tristeza en sus palabras. Cuando lo escuchábamos, veíamos en su mirada un júbilo extraordinario, un sentirse agradecido por la vida, por el amor recibido y entregado.

Y esta historia, la de Marc, volvió a hacernos sentir tremendamente afortunados por estar aquí.

Y para terminar, al menos de momento, está Will. De origen chino, su infancia la vivió en Perú pero residente y nacionalizado canadiense en los últimos años.
Otra de esas personas especiales. En su caso, un viaje de ocio y cultural.

Su primer viaje en bicicleta. Amante de la naturaleza, el arte, la cultura de los países. La compañía aérea le perdió su equipación (alforjas, tienda de campaña, ropa técnica, saco, etc). Su idea inicial era alquilar una bici en el sur de España y recorrer parte del territorio en unos 3 meses. Pero el contratiempo de la pérdida del material le hizo reorganizar su viaje: lo haría sin bicicleta. Así que durante unas semanas se quedó por el sur haciendo turismo de mochila y visitando monumentos. Cansado y con la espinita del viaje en bicicleta, rebuscó en internet y se encontró con Montañas Vacías. Y claro, buscando «alquiler bicicletas Teruel» dio con Surya Bikepacking. Nos llamó tres días antes de presentarse en la tienda. Decidido a hacer la ruta de MV, le aconsejamos que sería conveniente comprar algo de material antes de llegar, sobre todo porque la climatología ya no era tan favorable (vino en diciembre). Todo lo que traía consigo se puede definir en una palabra: insuficiente. Tanto era así que le dejamos uno de nuestros sacos personales porque no era viable que pudiera hacer acampada con lo que traía.

Irra le ayudó a meter sus pertenencias en las bolsas de Bikepacking que nos alquiló, le explicó lo básico en mecánica por si tenía alguna incidencia con la bicicleta y le dimos las indicaciones y sugerencias que consideramos sobre la ruta que tenía previsto hacer. La fortuna quiso que ya prácticamente la misma noche empezara a llover y no parara los días siguientes. Hablábamos con él todos los días, para saber cómo iba, si necesitaba algo, darle alternativas….pensamos que en dos días estaría de vuelta por la tienda. Pero no. Will nos contaba cada día lo poquito que iba avanzando, por la dificultad, por la lluvia, porque volvía a dormir a un alojamiento y tenía que retroceder porque la leña del refugio estaba mojada …pero que estaba muy muy feliz y lo estaba disfrutando mucho, que seguiría lo que pudiera y de la manera que pudiera, que iba haciendo cambios a medida que se iba encontrando con la realidad, pero que estaba muy bien y que aunque no era el viaje que había ideado, eso era lo de menos. Su viaje fue de 7 días por el territorio de MV. Creemos que apenas hizo unos 200 kms del mismo. Pero su capacidad de adaptación, su resilencia, su alegría pese a los contratiempos y no luchar contra lo que ES, sino fluir con tanta naturalidad…caimos rendidos ante Will y su actitud. Bravo Will!!!

A seis meses desde la apertura de Surya podemos deciros que esto no ha hecho más que comenzar. Que nuestro motor, son gente como Ángel Marc, Will, Daniella, Miguel, Jonas, Tom, Annie y Anda, Joachim, Rob, Ivan, Dan, Llorenç, Adam y Philip, Guillhem, Maja, Jordi, Graham, Erik, los chicos de Anchorage, la familia de Pennsylvania, nuestro querido Joan y sus perritas, los amigos de Cabañas y Estacas, los increíbles David y Judith de @vivirenbicicleta (que se merecen otra entrada), Sophie y Adrien, Michael Jackson (sí, sí, pero el británico) y su amigo Peter, Manuel (y esos detalles para desayunar que nos ha traído en sus visitas), los encantadores Vicky y Josu de @conunpardemochilas, Fred, los chicos franceses del colectivo @colybride y también los franceses @pcrgravier, el grupo de Canarias que nos alquilaron también bicis y bolsas (Claudia, Juan Luis, Ruperto y Guacy), y tantxs otrxs que habéis pasado por esta vuestra casa.

Todxs habéis dejado una historia, una recomendación que compartir, un consejo que dar para lxs próximxs viajerxs, colaboráis con Surya para poder seguir siendo ese punto de encuentro que imaginamos cuando aún solo era un sueño. GRACIAS!!!

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